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  • A pesar de la disminuci n del activismo

    2018-11-13

    A pesar de la disminución del activismo lésbico-gay durante la década de 1980, debido tizanidine hcl factores como la crisis económica, la epidemia de sida, el desgaste de las y los activistas y los conflictos internos, el movimiento mexicano lésbico-gay continuó trabajando de forma internacional, particularmente con la ILGA. La participación dentro de la ILGA fue decididamente un factor importante para los miembros de Lambda que compartían objetivos a largo plazo sobre la defensa internacional de los derechos lésbico-gays como derechos humanos. En este trabajo se incluye el estatus de consultora de la asociación dentro de las Naciones Unidas y la Organización Mundial para la Salud, y el reconocimiento oficial de los crímenes cometidos contra lesbianas y gays gracias a las denuncias de Amnistía Internacional. A finales de la década de 1970 y principios de la de 1980, Lambda frecuentemente reseñó la situación de los derechos humanos de gays y lesbianas en México y su organización para promover cambios democráticos. En respuesta, otros grupos alrededor del mundo comenzaron a informarse sobre la situación de lesbianas y gays en México y los mexicanos recibieron información sobre lo que acontecía en el resto del mundo. A petición de Lambda, activistas internacionales mandaron cartas a funcionarios mexicanos protestando por la represión contra lesbianas y gays. Por ejemplo, en 1980 Lambda envió a la IGA un boletín de actualización que informaba sobre los efectos de dicha solidaridad internacional: Así, al apartarse de las ideologías predominantes de la izquierda internacionalista y de una concepción de los derechos humanos centrada en Latinoamérica, hacia finales de la década de 1980, los y las activistas lésbico-gays centraron sus argumentos en el discurso liberal de los derechos humanos. Esta fue una ocasión oportuna para condenar la represión en su contra. Como parte de su campaña por la modernización del país, el presidente Carlos Salinas había creado la Dirección de Derechos Humanos en la Secretaría de Gobernación, y en junio de 1990 la reemplazó con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). En el discurso inaugural, declaró: “la defensa de los derechos humanos significa la entrada a la modernidad, nuestra modernización resultará en mayores libertades” (Medina Valdés, 1991, p. 6). A pesar de haber ganado por un estrecho margen contra el contendiente del partido de la izquierda —Partido de la Revolución Democrática, PRD— Cuauhtémoc Cárdenas, y del neoliberalismo que prevaleció dentro de México, Salinas estaba determinado a codominance negociar con Estados Unidos y Canadá un tratado comercial que sería conocido como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). La mayoría de sus críticos interpretaron la creación de la CNDH como una maniobra política necesaria para asegurar el TLCAN (Ibarra de Piedra, 1990, p. 6). Amnistía Internacional criticó la afiliación de la organización al gobierno mexicano, aduciendo que para que la comisión fuera efectiva debería ser no gubernamental (Medina Valdés, 1991, p. 6). Para reforzar dichas críticas, el día después de inaugurada la CNDH, el gobierno mexicano rechazó un reporte de la Organización de Estados Americanos que condenaba la violación de los derechos humanos en México, señalando que fuera de México simplemente no se comprendía cómo funcionan los mecanismos de la política mexicana (Rechaza México el informe de la OEA sobre violación de derechos humanos, 1990, p. 1). Salinas claramente había creado la comisión de derechos humanos para ganar legitimidad dentro del orden mundial neoliberal. De cualquier modo, la creación de estructuras para la defensa de los derechos humanos por parte del estado mexicano ayudó a ampliar el espacio discursivo para que las lesbianas utilizaran dicha retórica con la finalidad de presionar al gobierno para que fuera congruente en sus políticas. Como organización integrante de la Coordinadora Nacional de Lesbianas Feministas (CNLF), el Grupo Lésbico Patlatonalli, organización lésbica basada en Guadalajara y fundada por una ex integrante de Lambda, fue anfitriona del primer Foro Nacional sobre Derechos Humanos de las Lesbianas en junio de 1990. A finales de la década de 1980, Patlatonalli se había convertido en la organización mexicana más renombrada y la primera organización lésbica constituida institucionalmente, al mismo tiempo que el activismo lésbico menguaba en la Ciudad de México. A diferencia de las organizaciones lésbicas y homosexuales más antiguas de la Ciudad de México, Patlatonalli buscó la vía de la negociación, más que la confrontación con los gobiernos regionales. Al constituirse formalmente como una organización civil ante el gobierno mexicano, Patlatonalli fue capaz de acceder a financiamientos internacionales para sus proyectos. Por tanto, a diferencia de otras organizaciones lésbico-gays más antiguas, no tuvo que depender de las cuotas de afiliación para sus operaciones, lo que le permitió desarrollar proyectos a largo plazo.