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V. Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe-Tratado de Comercio de los Pueblos
Como bien lo sintetiza Naviero, O de L. (2013, P 293): “Tanto el Plan como la Constitución definen una organización económica dual. Por un lado, se definen los recursos estratégicos, destinados a la exportación y, por tanto, fuentes de divisas y excedente general de la economía del país, en manos del Estado boliviano. Por otro, se caracteriza la llamada “economía productiva”, enmarcada en criterios sectoriales (cadenas de valor) y territoriales (desarrollo local), cuya función es fortalecer el tejido productivo, generar empleo, añadir valor a los productos y, en definitiva, crear la oxycodone hydrochloride material del “vivir bien” o “buen vivir”.
De la misma manera, en el caso de Ecuador, recuperan explícitamente el papel del Estado como protagonista del proceso de industrialización, acumulación y (re)distribución del ingreso, en el nuevo texto constitucional (Palazuelos, A., 2013). La nueva Agenda de Desarrollo Social (2009-2011) estableció cuatro ejes: 1) programas de alimentación, educación, salud y emigrantes; 2) mejora de la calidad de educación, salud y malnutrición; 3) construcción de hábitat e infraestructura social, para aproximar la producción de bienes básicos a los mercados; 4) disminución de la pobreza con más y mejores empleos.
Finalmente, en cuanto a la integración regional, reducen la dependencia de los socios tradicionales e incrementan de manera novedosa tanto sus relaciones con el ALBA, el Mercosur, la Celac y la Unasur, como con nuevos mercados tales como los actuales integrantes del brics (Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica). Más aún, refuerzan sus posiciones soberanas con la expulsión de las tropas estadunidenses, con el cierre de la Base de Manta y el rechazo a los tlc neoliberales, o “regionalismo abierto”. (Patiño, R., 2013).
VI. Mercado Común del Sur y la Unasur
Autores como Valentina Delich, Juliana Peixoto (2010), consideran que en América Latina se está reconfigurando una integración de acuerdo a dos modelos: las autoras dicen que el primer modelo de integración sigue la línea del Pacífico y el otro que se orienta hacia el Atlántico. El proyecto del Pacífico va de México a mitotic spindle Chile, pasando por Perú y Colombia que son los países que han establecido acuerdos con los Estados Unidos y tienen interés en profundizar su relación con Asia. El otro modelo consiste en el proyecto atlántico, que tiene como modelo el Mercosur que está organizado en torno al eje BrasilArgentina y sigue reflejando aún hoy la ambigüedad de su creación: crear un mercado común que requiere reglas comunes y asegurar la coordinación macroeconómica con instituciones intergubernamentales (Valladao, 2006, citado por Delich., y Peixoto).
Obviamente, el CDS hace obsoleto e inoperante al Tratado Interamericano de Defensa (tiar), que ya lo era desde la desafortunada guerra de las Malvinas. Lo mismo se puede decir de los Tratados de Libre Comercio “neoliberales”, o “regionalismos abiertos”, que son una profunda desventura y atentan contra la seguridad de América Latina, en la medida que no incorporan valor agregado a los recursos estratégicos naturales que actualmente son el grueso de las exportaciones regionales.
Otra de las venturas del Mercosur y la Unasur, tiene que ver con el desarrollo de infraestructura regional a partir de la Iniciativa de Integración Regional Suramericana (iirsa), esta propuesta que parte del Mercosur, se proyecta en un sistema de líneas de construcción de infraestructura regional, vial, fluvial e hidrovías: uno de ellos lo constituye el sistema fluvial Paraná-Tieté, tiene de largo 6.900km e integra una parte del Paraguay, el noreste de Argentina, Bolivia meridional y el sureste brasileño. Otra hidrovía es la de ParaguayParaná, que ya existe el cual permite reducir de 36 a 10 días el trayecto desde Bolivia hasta el Atlántico; solamente la porción brasileña es operacional: une sobre 1.600km Sao Paulo a Iguazú (Desse & Dupuy., 2008, pp 182-183; González, R.I., 2012). Brasil ha tratado de avanzar hasta el océano Pacífico, al prolongar las vías transamazónicas hasta Perú y Bolivia.